Para un poema
A: Los “Spoken Words”.
“No le toques ya más,
que así es la rosa”.
Mi Padre Parnaso, Juan Ramón.
Ya las musas
están muertas,
aunque cucubanos
asedian por los cementerios.
Ya el letargo
aguarda
su prisa
y las azucenas
se confuden
de mandrágoras.
Ya la ausencia
se dicta
de un presente
y las actas
se resumen
sin pasado.
Ya el cansancio
se prolonga
del veneno
y detecta
la tangencia
de sus rosas.
Ya la congoja
se alza
de su risa
y se pudre
con fragancia
de sus gotas.
Ya el proverbio
no se mide
por su cola
sin inicio
del consciente
que apodera.
Ya los grados
del instante
se derivan
como ondas
que penetran
sin imanes.
Ya sus ruinas
no registran
de paredes
sin que sombras
atesoren
pulsaciones.
Ya no
establecen
sus ánimos.
Ya no
circudan
sus cosas.
Sólo
tintas
que cantores
no
acomodan
a sus plumas.
A: Los “Spoken Words”.
“No le toques ya más,
que así es la rosa”.
Mi Padre Parnaso, Juan Ramón.
Ya las musas
están muertas,
aunque cucubanos
asedian por los cementerios.
Ya el letargo
aguarda
su prisa
y las azucenas
se confuden
de mandrágoras.
Ya la ausencia
se dicta
de un presente
y las actas
se resumen
sin pasado.
Ya el cansancio
se prolonga
del veneno
y detecta
la tangencia
de sus rosas.
Ya la congoja
se alza
de su risa
y se pudre
con fragancia
de sus gotas.
Ya el proverbio
no se mide
por su cola
sin inicio
del consciente
que apodera.
Ya los grados
del instante
se derivan
como ondas
que penetran
sin imanes.
Ya sus ruinas
no registran
de paredes
sin que sombras
atesoren
pulsaciones.
Ya no
establecen
sus ánimos.
Ya no
circudan
sus cosas.
Sólo
tintas
que cantores
no
acomodan
a sus plumas.
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