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Saturday, January 21, 2012
Wednesday, January 11, 2012
Lírica testimonial de la mujer puertorriqueña: la poesía de Angela María Dávila
Lírica testimonial
de la mujer puertorriqueña: la poesía de Angela María Dávila
de Carlos Manuel Rivera
Angela María Dávila y
otras poetas como representantes de la generación de finales del sesenta y
principios del setenta cultivan un discurso contestatario en directa relación
con los movimientos internacionales de descolonización y los movimientos
feministas. A través de la intertextualidad con estos discursos
internacionales, surge en la poesía de Dávila una lírica testimonial o una
creación poética que se relata como testimonio desde la experiencia personal y
desde la solidaridad política con los seres marginados por la
historia--mujeres, minorías étnicas--ante las políticas dominantes
imperialistas de Africa, el Caribe y Latinoamérica. De esta manera, se elabora una escritura
poética como subversión y desjerarquización al discurso logocéntrico y
patriarcal que privilegia la poética masculina por encima de una lírica
marginada y excluida del canon de la literatura puertorriqueña.
De ahí que, Dávila y
otras poetas dentro de su producción cultural examinan la marginalidad del
sujeto femenino y de los problemas sociales que se dan en varios sujetos que
viven de la subalternidad y exclusión del logocentrismo patriarcal que ejercen
los centros institucionales hegemónicos. Poetas como: Rosario Ferrer, Luz
Ivonne Ochard, Etnairis Rivera, María Arrillaga y Angela María Dávila, una de las más
importantes en cuanto a este discurso, desconstruyen esta jerarquía
paternalista a través de su poesía, representando la desmitificación de la
imagen tradicional de sumisión y domesticidad de la mujer puertorriqueña.
Sin embargo, Angela
María Dávila como poeta de transición de finales de los años sesenta y
principios del 70 confluye con ciertas que características de su coetáneas,
pero mantiene otras que la separan, como lo son: la autobiografía, la confesión
y el testimonio, muy ejemplificado en su libro más importante Animal, fiero y tierno (1977) Según
Josefina Rivera de Alvarez la poesía de Dávila es:
Acento profundo, sincero,
estremecido dramatismo
en su expresión dominante de soledad y angustia frente al
aherrojamiento del hombre en la cárcel de la incomprensión
del mundo. (724)
en su expresión dominante de soledad y angustia frente al
aherrojamiento del hombre en la cárcel de la incomprensión
del mundo. (724)
Tampoco
falta en su trabajo la perseverancia con el tiempo, la protesta y la actitud social
en búsqueda de solidaridad con aquel ser humano que cargue justicia en apoyo a
la liberación del ser humano (Rivera de Alvarez 724).
Cuando nos detenemos en
el estudio y análisis de la poesía y la literatura puertorriqueña en general,
observamos que ésta ha estado dominada por una teoría de generaciones o una
"entidad totalizante", jerárquica y patriarcal que esencializa la
producción literaria. Según Juan Gelpí, este "aparato subordina la
multiplicidad a la unidad, [excluyendo y condenando] la heterogeneidad y la
diferencia" que se da en diversos escritores en una misma década; como
también la separación de la poesía lírica de otros géneros por la marginación
de acuerdo a su exclusividad mayormente femenina (4).
De ahí que la poesía de
Angela María Dávila y otras poetas, como María Arrillaga, Etnairis Rivera, Luz Ivonne Ochard y
Rosario Ferré--aunque más destacada en la narrativa y el ensayo--traspase las
barreras impuestas por esta jerarquía homogeneizante y paternalista, para
representar la feminidad como una condición social que desmitifica la imagen
tradicional de sumisión y domesticidad. En esta poesía, la mujer asume
identidad, derecho, liberación del discrimen sexista y va en búsqueda de una
libertad creadora contraria a la marginación y subalternidad de poetas de
décadas anteriores, como Clara Lair, Julia de Burgos, Violeta López Suria y
Mari Gloria Palma, poetas quienes a pesar de elaborar un discurso poético que
se inclina a la disidencia contra el patriarcado desde la década del treinta,
su trabajo ha permanecido dentro de los discursos marginales por su condición
femenina. Por consiguiente, no es hasta la década del sesenta que surge, debido
a su momento epigonal, el reconocimiento de su trabajo (Acevedo 10) y así,
encontramos en la mayoría de las poetas de finales del sesenta y principios del
setenta: un proceso de autodescubrimiento, una búsqueda de identidad, una
incursión en dimensiones íntimas de esencia personal y un conocimiento profundo
de su circunstancia histórico-social (Rivera de Alvarez 658-748). En ellas
vemos una poesía de conciencia social, de nueva expresión de libertad
individual/colectiva, identificada con sus luchas sociales y políticas. Su
propuesta consiste de: información, agitación, inspiración y expresión de su
agotadora realidad doméstica, mezclada con sentimientos de ternura. Desde esta
perspectiva se rechaza la opresión femenina vista como objeto sexual que el
hombre ha fabricado en un ambiente social y hostil (659-748). También
observamos en ellas, como apunta Rivera de Alvarez, una incursión surrealista
como medio de substitución o negación del mundo contemporáneo que les ha tocado
vivir:
La
búsqueda de las raíces, el retroceso hacia el pasado mítico, el apoyo en lo
maravilloso, lo fabuloso, lo esotérico y oculto de raíces orientales que
encontramos en algunas poetas con objeto de nuestra atención y quienes al igual
quieren integrar al hombre con
origen de tierra madre. (722)
Así y
en ciertos casos, el lenguaje como expresión remite a un estilo barroco de
signo hermético entremezclado con lo llano y lo coloquial que en ocasiones
utiliza palabras soeces.
Deteniéndonos en el
libro Animal fiero y tierno (1977) de
Angela María Dávila, visualizamos como esta poesía lírica brinda un
acercamiento al testimonio, en el sentido de construir una lírica de
concientización social, de lucha y de justicia en un mundo de discriminación
racial, de clase y de género, a través de la representación como resistencia,
"cultura afirmativa y estética práctica", que procura asentar la
responsabilidad de la enunciación en la voz/escritura de clases y grupos
subalternos, para así transgredir su relación con las instituciones del estado,
las cuales distribuyen el valor y el poder del discurso del individuo (Yúdice
208-13):
Las
voces generales, al acecho
me gritan
por la calle sobrenombres: No eres tú la amorosa que busca entre las bestias la
fuente de su estirpe ("Autodedicatoria" 7).
El yo
lírico-testimonial de esta autodedicatoria o autobombo alude a "cierta
urgencia o necesidad de comunicación que surge de una experiencia vivencial de
represión, pobreza, explotación, marginación, crimen, lucha" (Beverley 9)
del ente femenino. El sujeto lírico testimonial de la poesía de Dávila
representa una metonimia del sujeto colectivo femenino, en búsqueda de un espacio
que transgreda la invalidación e invasión de un discurso dominante, hegemónico
y patriarcal.
En Animal,
fiero y tierno, encontramos un poema que puntualizan la unidad temática
referida: “Ante tanta visión de historia y prehistoria” Este poema pertenece a
la primera región, “Frontera con el aire”, donde propone definir un sujeto
lírico testimonial en el contexto existente con el dolor, la dialéctica del
tiempo, la individualidad del sujeto poético y su relación con el mundo. El yo
poético cuestiona el valor de su historia individual concomitantemente con el
cuestionamiento del acto de la escritura frente a la historia colectiva. Así el
poema "Ante tanta visión" alude al problema de la relación entre el
sujeto y el mundo:
Ante tanta visión de
historia y
prehistoria, de mitos
de verdades a medias-o
a cuartas-
ante tanto soñarme, me
vi,
la luz de dos palabras
me descolgó la sombra.
Animal triste.
Soy un animal triste
parado y caminando sobre un
[globo de tierra]. (16)
En estos versos existe
una separación del sujeto poético del mundo. El yo lírico testimonial cuestiona
la construcción histórica basada en mitos o ideologías legitimadas por
discursos totalizantes que proponen la emancipación y el progreso humano. Esta
separación del mundo, vista desde sentimientos de angustia, tristeza y
opresión, anuncia la fragmentación del sujeto histórico al exaltar su
heterogeneidad y diferencia. De ahí que se reconozca como animal triste y
tierno de la naturaleza:
Lo
de animal lo digo con ternura,
y lo de triste lo digo
con tristeza,
como debe ser,
como siempre le enseñan
a uno el color gris.
Un animal que habla
para decirle a otro
parecido su esperanza.
Un mamífero triste con
dos manos
metidas en una cueva
pensando en que amanezca,
con una infancia torpe y oprimida por cosas tan-
ajenas. (16)
con una infancia torpe y oprimida por cosas tan-
ajenas. (16)
En estos versos se
reconoce la "responsabilidad de enunciación del yo lírico testimonial
(Yúdice 214) cuando nos define su encuentro con la otredad (16).
Todos
estos registros semánticos denotan un animal humano con vida en el mundo. Su
comparación con el animal nos lleva a la continua visión del ser humano como un
animal colectivo distinto, pero que imita las acciones del otro: siente, ríe y
llora. El animal humano sigue los pasos del otro con una necesidad de colectividad
desde su propia individualidad:
Que aprende a reír solo
si otro ríe
para ver cómo es
y
sabe decir
soy un animal triste
esperanzado
vivo me reproduzco
sobre un globo de tierra. (16)
Es
decir, el discurso moderno, al que el sujeto poético critica, ha logrado la
homogeneización mediante la legitimación de la racionalización institucional
patriarcal que domina al sujeto colectivo (Reiss 204). De esta manera, vemos en
este poema cómo el yo lírico testimonial retracta la categorización de su experiencia
individual y se dirige hacia la responsabilidad social, partiendo de su
diferencia. Su pragmática está en la solidaridad con el otro y en el contacto
con aquellos sujetos que buscan la emancipación individual desde su marcada
autenticidad.
Conclusiones
Mediante el estudio del
libro Animal fiero y tierno (1977) de
Angela María Dávila y acentuando un pequeño "Ante tanta visión de
historia, encontramos que Angela María Dávila como poeta se orienta hacia una
búsqueda incesante de su ser a través de una lírica testimonial. Su búsqueda
está inmersa en un lenguaje en el que se une la historia de la lírica
tradicional femenina con la vida rutinaria de la mujer mediante signos, como
los son: el aire, las estrellas, la sombra, la paloma. Estos signos se subvierten
en diferentes categorías gramaticales: diminutivos, aumentativos, construcción
de giros lingüísticos, intertextualidad con el lenguaje coloquial, que la
sitúan dentro de una lírica testimonial. Su variedad de significantes construye
un tránsito por regiones individuales y colectivas que miran hacia la
integridad con el proceso histórico que finaliza en un sentimiento fiero hacia
ese espacio subalterno designado a la mujer. Su experiencia personal y sus
discurso de resistencia subvierten la homogeneización que ha exteriorizado el
discurso patriarcal sobre los sujetos excluidos del canon literario. Por medio
de esta transgresión a las instituciones hegemónicas, la poeta contribuye desde
este testimonio lírico una ruptura con la imposición y catalogación de espacios
periféricos para estos sujetos subalternos o marginales.
En fin, es importante
resaltar que Angela María Dávila es una de las grandes poetas de nuestra
literatura puertorriqueña. Su trabajo poético traspasa las barreras nacionales
para adentrarse al espacio femenino de las letras hispanoamericanas. Su
incansable búsqueda de solidaridad con la mujer y con los oprimidos del mundo,
lo reconoce.
Obras
citadas:
Acevedo, Ramón
Luis. Del silencio al estallido: narrativa
femenina puertorriqueña. San Juan, Puerto Rico: Editorial
Cultural, 1991.
Beverley,
John. "Anatomía de un
testimonio". Revista de
crítica
latinoamericana 25.
(1987): 7-16.
Dávila, Angela
María. Animal, fiero y tierno.
Segunda
edición. Río Piedras, Puerto Rico: Ediciones Huracán,
1977.
---. "Un clavel interpuesto: (apuntes
sobre la imajen [sic]
de
Julia de Burgos)". Claridad, Suplemento En Rojo. 24 de febrero-1 de marzo, 1984. 15.
Gelpí, Juan. Literatura
y paternalismo en Puerto Rico.
Río
Piedras:
Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1994.
López, Ivette. “Animal, fiero y tierno: apuntes para
una
lectura”. Revista
Interamericana 10-3. (1980): 398-408.
Randal,
Margaret. "Qué es y cómo se
hace un testimonio".
Revista de crítica literaria latinoamericana 36.
(1992): 21-45.
Reiss,
Timothy. The Discourse of Modernism.
Ithaca:
Cornell, 1982.
Rivera de Alvarez,
Josefina. Literatura puertorriqueña: su
proceso
en el tiempo.
Madrid, España: Ediciones Partenón, 1983. 659-748.
Yúdice,
George. "Testimonio y
concientización". Revista de
crítica literaria latinoamericana 36. (1992): 207-27.
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críticas y manifiestos,
Ensayos
The Troublemaker
The Troublemaker
Carlos Manuel Rivera, “Carboinael Rixema”
A: Hilda Rodríguez, Mi Betty.
“WE ARE LOSING A LOT
OF TIME EITHER TO BE HISPANIC OR AMERICAN.
WE ARE CARIBBEAN
IN THE SEARCH OF OUR
UNTHINKING RELATION!”
CARBOINAEL RIXEMA
If you wanna see
a proper guy
mistaking you and
losing time.
Identity is not my side.
Tampoco la raíces
vais
The oppression’s
coming
y tú embalao.
I recommend
el sato wow
que tú
en tu frente
fuck it out.
And bring la gente
de tos laos.
y tú te veas
well tostao.
para que sigas
en tu size.
Así me cuentas
de qué hay
si es que en tu piso
está parao.
De ese edficio
es que he hablao
para que aprendas
and check it out.
Son las ventanas
de un mamao,
but is la salsa
de un pegao
y de un tallo
bien volao
como
un mejunje
arrancao
y no la plena
de un montao
para que tengas
lo blindao.
Si es que tus olas,
apagao
cuando te sientas arrancao
and now you’re living
asustao.
forgive my lata
alelao
and fuck your shit
que está apestao…
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