Vespertinas alabanzas
A: Miguel Algarín, fundador del Movimiento Poético Niuyorican
Hoy cansado
de la casa,
sus precipicios
y sus laberintos
he decidido recomponer
mis aberturas
cruzando las medianías
que no solicitan
los aquietados.
Por esa siniestra raíz
del hondo canto,
por esa inquietud que
embarga el aspavido lucero
de la tarde
en lontananza,
recibo de tu sonrisa
ese maravilloso
marco
que sube
mi ánfora
y rodea mi sombra
de tus ilusiones
esperadas.
Y si por pálpitos
y deslumbradas azucenas,
las lunas y los aguaceros
se consumen,
desde mi cobertura
te seguiré alumbrando
sin que los heraldos anuncien
el acantilado sinsonte
de tus vespertinas
alabanzas.
21 de mayo de 2010.